Ayer
El florecimiento de la semilla engendrada en aquel negro lago materno
La luz era nueva para las pupilas
la piel blancuzca tocaba el aire contaminado de palabras, de promesas.
Y llegaba, aplaudían mi intacta existencia
Me instalaba, me obligaban a acomodarme en aquel lugar que no pedí habitar.
Imagen tomada de Google.com
Autoría: La sobra de la Luna
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