Vistas de página en total

miércoles, 4 de enero de 2012

Cajita musical para un ritual satánico



Imágen extraída de Google

Por si desea ambientar su lectura : http://www.youtube.com/watch?v=mZCgp5vmKv4


Hundir la daga/ - bienvenida bendita muerte-
Embriagarme con sangre del decapitado
Abrir las piernas de una puta con sádica fuerza
Romper su boca con golpes de brutal sexualidad y exitación.

Comer su sexo en un plato de brillante plata
Frotar su corazón en mi cara una vez fuera de su pecho/ tibia temperatura del órgano
Tragar su flujo mientras tanteo su espalda que yace sudorosa y temblorosa mientras va ocurriendo su violación
Cortar todo vinculo con la conciencia actual/ ceguera excitante
Evocar a Gomory para solicitar su fuerte presencia en el acto.

De nuevo destrozar el cuerpo de la escultural mujer que ante mi posa como victima
Escupir sus deliciosos senos con mi espesa saliva enloquecida por placer
Atarla, morderla, golpearle, someterla
Reafirmarme como Lilith en cuerpo y carne
Cantar a las diosas del placer
Gritar con rojas melodias mi victoria de un acto sexual agresivo.

Tocar mi cuerpo con manos impregnadas de perfumes femeninos
Adorar mi mente , alabar mi existencia
Partir mi mente, enloquecer ante el placer.

La mujer se posará en mi cama, se cubrirá con mis sábanas rosa
La mujer deberá acceder a una propuesta sexual
La mujer deberá desconocer los designios de mi imaginación canibal
La mujer no contempla mi mente lujuriosa con gotas de enfermizo gozo sexual y atribuciones fetichistas

El acto deberá estar acompañado de una melodía musical
De una caja cuadrada de ritmos delicados
De sonidos blancos, suaves y de seda
La caja musical de mi conciencia, después de todo, inocente
Los ritmos son de alas blancas, y pertenecen a los pájaros negros
El sonido de cubo es feliz, ameniza los movimientos de mi lengua en el sexo de ella
El sonido vuela en las tormentas intestinales, tormentas producidas por el miedo que le produce al verse impotente- Probre chica, qué delicia es doblegar, golpear a un ser divino, ser de Dios, maltratar su creación-
La melodía se aplaca/ notas volátiles
La vida de ella se va terminando/Alivio vita, delirio de congojos.
Corto su cuello, bebo su sangre/éxtasis cumbre
Me acerco la daga y la penetro en mi pecho

La caja musical guardará las exactas imágenes
La bailarina que danza al ritmo de los finos sonidos infantiles ha divisado mi mirada de odio.

Guarda bien ásta cajita, la que ha visto mi ritual satánico.


1 comentario:

  1. << Pero hay remedios fugitivos: los placeres sexuales, por ejemplo, por un breve tiempo pueden borrar la silenciosa galería de ecos y de espejos que es el alma melancólica. Y más aún: hasta pueden iluminar ese recinto enlutado y transformarlo en una suerte de cajita de música con figuras de vivos y alegres colores que danzan y cantan deliciosamente. Luego, cuando se acabe la cuerda, habrá que retornar a la inmovilidad y al silencio. La cajita de música no es un medio de comparación gratuito. Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto. De allí que ese afuera contemplado desde el adentro melancólico resulte absurdo e irreal y constituya "la farsa que todos tenemos que representar". Pero por un instante -sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-, el ritmo lentísimo del melancólico no sólo llega a acordarse con el del mundo externo, sino que lo sobrepasa con una desmesura indeciblemente dichosa; y el yo vibra animado por energías delirantes. >>

    Referencia: La Condesa Sangrienta de Pizarnik

    ResponderEliminar